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Foto del escritorAna Barraza

Un Correo Electrónico a Modo de Invitación

Hace cinco meses, mi familia yo veníamos de regreso a casa cuando escuché que llegó una notificación a mi celular. Eran un correo electrónico de la Arquidiócesis de Los Ángeles donde me invitaban a presentar dos talleres en español sobre las personas con disCapacidades durante el Congreso de Educación Religiosa 2020 de Los Ángeles. Me tomó un momento contestarle a mi esposo quien iba manejando y me estaba preguntando: “¿Todo bien?” Le leí el correo muy emocionada al cual él contestó efusivamente felicitándome mientras me decía qué tan orgulloso estaba de mí. Yo no podía más que decirle, “Gracias” y “Gracias a Dios”. Dicho Congreso es “la reunión anual más grande de católicos romanos de su tipo en el país” según la descripción del mismo.

Dos meses antes de ese correo ya había recibido otro donde me decían que había yo sido altamente recomendada como posible oradora. Ya con sólo saberme apreciada de tal forma me sentí humildemente alagada. También me pedían una sinopsis de un par de sesiones que pudiera presentar sobre las necesidades especiales.

Esa vez, me quedé sin poder pronunciar palabra alguna y muy impresionada. Lo que sí es que le di las gracias a Dios de su tremenda bondad hacia conmigo. Yo sé que Él tiene un plan para nuestra Iglesia Católica en cuanto se refiere a nuestros hermanos y hermanas con disCapacidades. También sé que yo quiero hacer Su voluntad todos los días de mi vida. Y más sé que Dios todo lo que quiere lo hace en los cielos, en la tierra y en todo lugar pues esta invitación al Congreso es prueba viva de que el tiempo es del Señor, ahorita ya. Tiempo de hablar, de concientizar, de capacitar. No es que yo le pida una prueba al Señor ni mucho menos que la esté esperando sino, como diría Santa Teresita del Niño Jesús, ¿cómo más “traducir” lo que ven mis ojos?

Que todo sea para Su Gloria y alabanza y que el Señor me dé su Sabiduría, para poder hacer lo que Él tiene planeado para Su pueblo con disCapacidades, sus familiares y las personas que caminan con ellos. Que Dios bendiga el Congreso, a todos los servidores, participantes, presentadores, músicos y exhibidores para que podamos continuar la laboriosa misión de ser el Cuerpo de Cristo en la tierra. Mama María, cúbrenos con tu manto. Amén.

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